Definiciones de etnobotánica e historia

Uno de los primeros en definir la palabra etnobotánica fue Hanshberg en 1896 (Barrera, 1979), quién mencionó que la etnobotánica es el estudio de las interrelaciones del hombre primitivo con las plantas. Por su parte, Barrera (1979) la define como el estudio de las sabidurías botánicas tradicionales. Mientras que Hernández X. (1985) la definió como el campo científico que estudia las interrelaciones que se establecen entre el hombre y las plantas a través del tiempo y en diferentes ambientes.

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Así mismo, Martínez (1995) la define como, un campo de la ciencia con carácter multidisciplinario, que estudia las relaciones entre las sociedades humanas y las plantas, y cuyo campo de acción es muy amplio en lo concerniente a los temas que trata. Así mismo Alcorn (1995) menciona que es el estudio contextualizado del uso de las plantas. Los usos de las plantas, así como las interrelaciones del hombre con ellos son producto de la historia, en donde intervienen los medios físico y social, además de las cualidades inherentes que las plantas manifiestan.

De esta manera podemos ver que la etnobotánica en resumidas cuentas, es el estudio de las relaciones plantas-hombre en un contexto histórico, social y cultural, tomando en cuenta los aspectos bióticos y abióticos.

Historia del surgimiento de la etnobotánica

Seguramente en la prehistoria el nómada, para subsistir cazaba y recolectaba sus alimentos, el largo aprendizaje de la caza permitió el desarrollo del ingenio y un sistema de ayuda mutua para una nueva forma de vida social, lo cual permitió la aparición de una agricultura primitiva, incipiente, lo que redundo en un conocimiento empírico de la manera de utilizar las plantas, esta forma de vida y la adquisición del conocimiento fue transmitida de generación en generación y de voz en voz, esto es, de padres a hijos, sin dejar constancia de dicho conocimiento, sólo las pinturas y grabados encontrados en las pirámides de Egipto hablan de la agricultura y técnicas empleadas en aquel momento para el uso de suelo y plantas que llegaron a ser domesticadas, es por ello, que en algún momento surge la necesidad de no solo transmitir el conocimiento de manera empírica, sino además dejar constancia de ese conocimiento de manera escrita, de ahí que en el viejo continente (Europa) se empiezan a revalorar dichos conocimientos y se crean nuevas tecnologías para satisfacer las necesidades más elementales en la alimentación.

Mientras que en el nuevo continente (América) los códices resaltan el valor de ese conocimiento, pués el manejo de las especies de plantas y animales era único, pero cuando los conquistadores pisan el nuevo mundo, el choque de culturas hace que muchas especies se vean en peligro de extinción o disminuidas, tal es el caso de Amaranthus y el frijol “ayocote” (Phaseolus coccineus), tal como lo señalan los escritos de los religiosos donde narraron con lujo de detalle cada una de las plantas y animales utilizados por las diversas etnías que ocupaban los territorios invadidos por los nuevos conquistadores y que eran utilizadas para fines religiosos y económicos.

Una vez que el hombre desarrolló nuevas tecnologías éstas le permitieron aumentar la producción de sus cosechas. Sin lugar a dudas en sus primeros días, la etnobotánica fue implícitamente conformada por motivos imperialistas y los colectores eran enviados para reunir plantas en áreas ocupadas por grupos culturales tradicionales, especies que posteriormente eran y son explotadas con fines comerciales por el mundo moderno (Alcorn, 1995).

Historia de la etnobotánica en México

En México, la etnobotánica se inicia a partir de la invasión de su territorio por poblaciones humanas asiáticas con conocimientos anteriores de recolecta y caza adquiridos en otros ámbitos, en esta etapa el interés del hombre por las plantas era fundamental, ya que satisfacían diversas necesidades de tipo biológico o cultural. Entre las necesidades biológicas prioritarias estaban las de alimentación, salud y de habitación; otras demandas del hombre se relacionaba con diversos fenómenos culturales: religiosos, mágicos, filosóficos, artísticos, el uso de emblemas u ornamentos para la casa o el cuerpo.

En el México prehispánico las distintas etnias tenían un conocimiento muy amplio sobre el uso de las plantas, ellos registraban y transmitían sus conocimientos a las nuevas generaciones, a través de sus estelas, códices o a través de las enseñanzas verbales, prueba de ello son los cultivares que nos legaron: maíz, cacao, fríjol, etc. Sin embargo, conocemos muy poco de los procesos cognoscitivos involucrados en el descubrimiento y acumulación del conocimiento.

Desafortunadamente poco después de la conquista hubo una lamentable pérdida brusca de los conocimientos y de las gentes responsables de ello. La destrucción de códices y la muerte de los científicos y sabios locales por enfermedades y violencia fueron pérdidas irreparables. Aunado a esto tenemos que entender que los conquistadores no eran hombres ilustrados y por lo tanto difícilmente entendían la importancia de los conocimientos indígenas. Incluso los sabios españoles que luego vinieron para relatar las cosas de la Nueva España se restringieron a conocer los usos de plantas y animales y no a indagar aspectos más profundos de la Ciencia indígena.

En el México actual, La etnobotánica es dirigida con el propósito de reunir información dentro de una estructura a través de la cual dicha información pueda contribuir a la ejecución de diversos planes de desarrollo, siendo especialmente útil en la planificación del desarrollo de aquellas regiones donde se obtengan los datos. Hoy la gente que toma decisiones requiere información acerca de los recursos naturales económicamente importantes, así como en torno a estrategias de manejo que permitan garantizar el éxito de los programas de desarrollo y propicien a la vez la introducción de nuevos cultivares adaptados a las características ecológicas y tecnológicas de las distintas regiones agrícolas. Los problemas locales percibidos por la gente que toma decisiones frecuentemente requieren soluciones específicas; los problemas generales que tiene la Sierra Norte de Puebla y la Mixteca Poblana, por ejemplo, pueden ser similares, pero las soluciones que funcionan en una región no funcionan en la otra, es por ello que la etnobotánica de hoy puede responder a esas necesidades (Alcorn, 1995).

Una de las características actuales de la etnobotánica es la búsqueda de campos de la enseñanza de la botánica en los que el alumno aprenda a manejar problemas de investigación con enfoques novedosos, e integre los conocimientos generados en las diversas áreas de la biología contemporánea. Por ello se deben tener especial consideración los rápidos cambios tecnológicos que vivimos en la cibernética, en la misma biología, en genética molecular, con el desarrollo de técnicas y equipos de laboratorio y de trabajo de campo; la ecología en sus ámbitos; la epistemología y otros campos de la filosofía de las ciencias (Martínez, 1995).

La etnobotánica logra una importante proyección cuando se relaciona con la ecología vegetal; las dos especialidades han alcanzado importantes avances cuando se relacionan con investigaciones cuyo centro de análisis es la relación sociedad y ecosistemas, logrando enfoques más ricos que los obtenidos por la etnobiología, la etnoecología o la ecología humana por sí solas. Al ser la etnobotánica un campo multidisciplinario está limitada por la disciplina desde la que se hace investigación. Los estudios sobre conservación de recursos filogenéticos y su mejoramiento constituyen una de las líneas multidisciplinarias de mayor importancia. También lo son los trabajos de evolución bajo domesticación, clasificación y sistemática de plantas cultivadas, orígenes de la agricultura y evolución de sistemas agrícolas; los estudios sobre percepción, clasificación y manejo de los recursos vegetales por un grupo humano; los estudio cuantitativos sobre floras médicas y comestibles; las investigaciones sobre cultivo y difusión de razas criollas o nativas de interés para la economía local y los trabajos sobre conservación in y ex situ de plantas cultivadas o de sus parientes más próximos (Martínez, 1995).

Actualmente en los países en vías de desarrollo, como México, no se han creado grupos de investigación y como consecuencia de ello se invierte mucho dinero para formar recursos humanos que respondan a las necesidades del mundo actual.

Mientras que en los países de primer mundo la etnobotánica es vista con dos perfiles:
1) Es una materia que estudia los usos pasados, curiosos y raros de las plantas, y su utilidad radica en que esa antigua sabiduría es o puede ser incorporada a las necesidades biológicas o culturales del mundo actual.

2) La etnobotánica es una disciplina que advierte sobre el peligro del deterioro ambiental, y que permite apreciar cómo sociedades no complejas saben administrar mejor el manejo del ambiente, además de que tales grupos habitan regiones con alta biodiversidad, lo que puede sugerir un modelo de manejo ambiental al que muchos llaman sustentable; en esas regiones se pueden encontrar soluciones a demandas de tal o cual vegetal y son reservorios de recursos para la humanidad.

Así es como el estudio de la etnobotánica suele ser la llave para entrar al mundo donde la diversidad biológica y cultural debe ser preservada (Martínez, 1995).

Ciencias de las que se auxilia la etnobotánica

Muchas de las preguntas que se plantean los investigadores en etnobotánica son: ¿Qué plantas son útiles?, ¿Porqué dichas especies vegetales son consideradas útiles?, ¿Cuáles plantas son percibidas como recursos?, ¿Qué factores; sociales, biológicos y ecológicos están involucrados en dicha percepción?, ¿De que manera el uso de un conjunto de recursos influye en el uso y/o la disponibilidad de otros?, ¿De qué manera se encuentra distribuido el conocimiento etnobotánico entre la población humana?, ¿Qué piensan los diferentes grupos humanos en torno a las plantas?, ¿Cómo diferencian y clasifican los distintos grupos a los componentes que integran su ambiente natural?, ¿De qué lugares obtienen sus satisfactores vegetales?, ¿Cómo los utilizan?, ¿Cómo mantienen las poblaciones vegetales de su interés?, ¿Qué efecto tiene su manejo sobre la estructura de la vegetación local?, ¿Qué repercusiones tiene dicho manejo sobre la organización y función de las instituciones locales?, ¿Qué factores están involucrados en la toma de decisiones pertinente al manejo de los recursos y de que modo afectan a las poblaciones vegetales de la localidad?, ¿Cómo han influido las actividades humanas y cuáles han sido las consecuencias derivadas de las mismas sobre la evolución de las comunidades vegetales locales?, ¿Para qué propósitos se requiere de recursos vegetales?, ¿A qué limitantes se enfrentan los grupos humanos en su adaptación?, ¿Existe alguna selección particular de recursos que los grupos emplean para su adaptación?, ¿En qué consiste dicha adaptación?, ¿Cómo son afectadas las estrategias de adaptación humana por los cambios que otros grupos propician? y, ¿Qué tipo de transformaciones están ocurriendo en la actualidad y que cambios operaron en el pasado?.

Es con base en dichos planteamientos que las diferentes disciplinas en las cuáles la etnobotánica se apoya son: Taxonomía, Ecología Vegetal, Genética, La evolución Vegetal, Fitogeografía, Fisiología de Plantas y la Florística, así como varias especialidades de Agronomía, la Antropología, la Geología, la Climatología, la Pedología, la Geografía, la Química y la Historia, esto es con la finalidad de que cuando se aborde un estudio los enfoques y patrones sean lo más cercanos a lo que ocurre en la naturaleza, para de esta manera poder llevar a cabo un análisis que nos lleve a formular técnicas e instrumentos para un mejor aprovechamiento de los recursos naturales (Martínez, 1995; Alcorn, 1995).

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