Mostaza

La mostaza, (Lepidium campestre) es una planta cuyo nombre nos es más que familiar a la hora de pedir un perrito caliente o una hamburguesa, aunque probablemente -y a pesar de que su distribución es muy amplia y uniforme por toda la Península Ibérica- resulta bastante desconocida, o al menos no se la suele relacionar con el principal producto que se obtiene de ella. Es una planta anual con unas dimensiones que varían entre los treinta y los setenta centímetros de altura; su tallo es recto y erguido, recorrido como el resto de la planta por unos pelillos cortos pero consistentes, lo que le da apariencia de planta áspera.

Propiedades

El fruto que proporciona es una vaina, que se dispone de forma perpendicular al tallo y que termina como en una típica daga; en su interior encontramos las semillas en una cantidad que puede variar entre las cuatro y seis unidades por vaina; lo mismo que el resto de la planta, las vainas también aparecen recubiertas por esos pelillos cortos y ásperos.

Contiene sinigrina, a través de cuya transformación mediante hidrólisis se obtiene la llamada esencia de mostaza, que también contiene mucílago.

Esta esencia tiene características de rubefaciente, con acción revulsiva, lo que produce una inflamación de tipo superficial, gracias a lo cual alivia una inflamación más profunda y peligrosa.

Esta acción es menor a la que producen otros rubefacientes, debido al contenido en mucílago de la mostaza.

Se emplea en casos de amenorreas, dismenorreas, neuralgias y dolores en general, así como en afecciones reumáticas y problemas respiratorios.

Como condimento la mostaza se obtiene por maceración de la harina de mostaza con vinagre, sal y hierbas aromáticas, dando lugar a un producto con características estimulantes y aperitivas, lo que produce una hipersegregación por parte de las glándulas salivares así como un aumento en la secreción gástrica; sin embargo, su uso abusivo puede producir vómitos y convulsiones.

En medicina se utiliza principalmente de forma tópica, pero teniendo siempre en cuenta que por su potencia cono rubefaciente no debe permanecer en contacto directo con la piel más de quince minutos, ya que si se mantuviera durante más tiempo -sobre todo en caso de vendajes oclusivos y cataplasmas, donde la absorción es mayor- podría dar lugar a la formación de ampollas e incluso ulceraciones.

Sin olvidar estas precauciones, se puede emplear una mezcla de harina de las semillas de mostaza y agua tibia a partes iguales, envolviéndolo en una gasa y manteniéndolo en contacto con la parte afectada durante aproximadamente diez minutos.

Este remedio se emplea en reumatismos y neuralgias.

Con fines medicinales se recogen las semillas que tienen un gran valor alimenticio.

Contienen hasta un 30% de aceite, mucílago y una sustancia llamada sinalbina, un glucósido de la sinapina.

Por hidrólisis de libera un aceite inodoro pero de sabor muy picante a base de acrinil-isotiocianato.

La harina de mostaza se utiliza para preparar cataplasmas y apósitos que se aplican sobre zonas doloridas o reumáticas.

También se utilizan las cataplasmas para el tratamiento de las bronquitis y afecciones respiratorias.

El sinapismo caliente provoca una irritación de la epidermis.

Las semillas son consideradas como diaforéticas, diuréticas, eméticas, expectorantes y estimulantes.

El té de mostaza de emplea para gargarismos y se dice que alivia la bronquitis y el reumatismo.

Las semillas enteras se emplean en la industria alimentaria para preparar las salsas de mostaza.

Administración:

Como condimento la mostaza se obtiene por maceración de la harina de mostaza con vinagre, sal y hierbas aromáticas, dando lugar a un producto con características estimulantes y aperitivas, lo que produce una hipersegregación por parte de las glándulas salivares así como un aumento en la secreción gástrica; sin embargo, su uso abusivo puede producir vómitos y convulsiones. En medicina se utiliza principalmente de forma tópica, pero teniendo siempre en cuenta que por su potencia cono rubefaciente no debe permanecer en contacto directo con la piel más de quince minutos, ya que si se mantuviera durante más tiempo -sobre todo en caso de vendajes oclusivos y cataplasmas, donde la absorción es mayor- podría dar lugar a la formación de ampollas e incluso ulceraciones. Sin olvidar estas precauciones, se puede emplear una mezcla de harina de las semillas de mostaza y agua tibia a partes iguales, envolviéndolo en una gasa y manteniéndolo en contacto con la parte afectada durante aproximadamente diez minutos. Este remedio se emplea en reumatismos y neuralgias.

Floración:

La floración se produce durante el mes de mayo, con la eclosión de unas características flores amarillas que se disponen en ramilletes o racimos apiñados. El fruto que proporciona es una vaina, que se dispone de forma perpendicular al tallo y que termina como en una típica daga; en su interior encontramos las semillas en una cantidad que puede variar entre las cuatro y seis unidades por vaina; lo mismo que el resto de la planta, las vainas también aparecen recubiertas por esos pelillos cortos y ásperos.

Usos Comunes:

Rubefaciente, revulsivo, antirreumático.